Una sola locación, una única posición de cámara, una crítica como pocas. Esto es lo que se puede ver en el video de Holy Ghost, lo último de Young Fathers. Nos encontramos en una frontera, donde con una cámara de vigilancia vamos descubriendo qué es lo que se encuentra al otro lado. Antes de iniciar la canción vemos a un hombre orinando hacia la frontera, luego se acerca a cámara, a retirar una mancha negra, un adelanto de que son esas manchas las que debemos buscar en la montaña frente a la que nos encontramos. En un principio no vemos nada, hasta que la visión de la cámara cambia a una visión térmica, tal y como lo hacen las autoridades en las fronteras para encontrar a aquellos que tratan de pasar ilegalmente. Esta fotografía nos permite acercarnos a los personajes, pero más aún al calor de su cuerpo, a su sangre, a su vida.
Aún así, la cámara no nos permite identificarlos, son solo cuerpos vivos, calientes y palpitantes. Pierde importancia lo que hagan, y es acá donde entra el humor negro manejado con tanta perfección en el video: Los personajes son un simple mapa de calor que le permite a quienes pretenden detener a los inmigrantes en su paso por las fronteras, ubicarlos y detenerlos, sin importar quien sean. No importa si están desenterrando los cuerpos de quienes vinieron antes de ellos, atando una soga alrededor de su cuello, o simplemente saludando. La cámara funciona como la mira de un cazador, al igual que los animales mostrados, no son personas, son objetivos.
Aunque el video fue realizado en Escocia, no tiene importancia donde sea esta frontera, pues la crítica aplica a todos los límites establecidos hoy en día, que han llegado a deshumanizar de una manera tan fuerte al otro, aquel que está del otro lado. Adicionalmente, la cámara térmica cumple otro propósito igual de importante, Young Fathers canta “I got the Holy Ghost fire in me”. El calor que capta la cámara no es simplemente calor humano, es el calor del Espíritu Santo. Aquellos que migran ven esta travesía como el camino a la tierra prometida, es por esto que la crítica es tan apropiada. Quienes los están dejando por fuera de la frontera han cambiado el sentido de comunidad por la Biblia, y en repetidas ocasiones se escudan en que los inmigrantes van a ahogar el país, cuando en realidad, van a limpiarlo, tal y como lo hace el Espíritu Santo en los creyentes. No se trata de casos aislados, en el final del video se nos revela esa multitud acalorada, mirando directamente a cámara, reclamando su derecho a iniciar una nueva vida.
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